Una de las características predominantes del estado de Yucatán, es el clima cálido–húmedo que presenta, sobre todo, entre los meses de abril a septiembre. Es por eso que sus habitantes siempre están en busca de alternativas para refrescarse, lo que ha producido que las albercas privadas en las viviendas cada vez tengan más auge.
Además de la función antes mencionada, una alberca significa diversión, convivencia, alegría, descanso, relajación e intimidad. Un factor muy importante para generar estas sensaciones es el diseño, los materiales que se utilizan y la iluminación.
Los clientes acuden a nosotros con ideas de lo más diversas sobre las albercas de sus sueños. Hay quienes las desean muy lujosas, como sacadas de un hotel de 5 estrellas, y quienes las imaginan rústicas, perfectas para un oasis ecoturístico.
Esta alberca forma parte de una residencia. La familia soñaba con una alberca en tonos oscuros a juego con la decoración minimalista y monocromática de los interiores. Se le propuso un veneciano en tono obsidiana iridiscente, con iluminación led que varía de color con tonos morados que resaltan el color del veneciano en la noche.
Otro material que da un acabado similar, es el mármol, sobre todo el tipo “rain forest” de tonos verdes, que te da la sensación de estar en las transparentes aguas de un cenote.
Otra alberca, de la cual estamos muy orgullosos, es la que realizamos para un complejo de retiro a las afueras de la ciudad. Proyectada para aproximadamente 30 personas, tiene un diámetro de 13 metros. En la temática predominan los materiales de la región, tonos cálidos y terrosos.
Tiene forma circular que se inspira en los cenotes propios de la península de Yucatán. Sin más pretensiones que los rayos del sol reflejados sobre el agua, se reviste de Chukúm, al cual se le agregaron pigmentos, que van oscureciendo su tonalidad conforme baja el nivel de la alberca, hasta terminar en un acabado de piedra natural en la parte más profunda.
En la actualidad con el auge inmobiliario que se ha dado en la capital del estado y su zona metropolitana, prácticamente ningún desarrollo deja a sus viviendas desprovistas de una buena alberca.
Los precios de una alberca de un tamaño apropiado para nadar, oscilan desde los $80,000 pesos hasta los $250,000. Dependiendo de los acabados y equipos utilizados.