Hablando de creatividad

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Hablando de creatividad, me enfrento todos los días al poner un pie fuera de la cama y pensar cómo voy a desarrollar el día, qué haré nuevo y qué propondré a mis amigos, familiares y seguidores, para colaborar a que sus días sean diferentes y especiales. Al pensar qué capacidad tengo para recibir lo que los demás tienen para darme y para poder compenetrar vivencias y conocimientos como parte de la comunidad a la que pertenezco.

Como artista visual reconozco que quiero y debo “vivir para el arte” y que mi propuesta no se pueda reproducir masivamente si no que sea una respuesta a lo que mi espectador necesita recibir: alegría, fuerza o energía. Estamos ante una vida quizá pálida donde nos hemos acostumbrado a seguir corrientes y muchas veces, sin pensar, nos vemos envueltos entre ellas porque nos parecen motivadoras o porque la mayoría dice que “es lo mejor”.

El arte es el punto sublime donde convergen dos miradas, la del artista y la del espectador para dar origen a las infinitas sensaciones y emociones que pueda lograr reconocer el ser humano para deleitarse en las mismas.

Cyntika Díaz Oviedo

Hemos visto el arte de una manera lineal en evolución pero, ¿por qué no fragmentar ese tiempo evolutivo en una convergencia de miradas entre la obra misma y el espectador en el momento presente? Es aquí donde tengo un despertar y una necesidad de aportar a la cultura esa dicha que tiene el ser humano de deleitarse en una mezcla y armonización de colores que riman con la misma bondad que la naturaleza ya nos regala por excelencia, y que se involucra con sus momentos.

Posiblemente si me despierto todos los días y al abrir mi ventana tengo frente a mí un paisaje delicioso y sublime de las montañas verdes o nevadas o una majestuosa playa de un paradisiaco lugar, mis pupilas se van a dilatar y mi cerebro creará endorfinas que me llenarán de placer. Pero no siempre se puede tener esa gran dicha. Es entonces cuando despierta en mí ese deseo por aportar a la magia que envuelve una armonización de colores simples o de colores e imágenes para deleitarme, deleitar al espectador y atraparlo en el infinito poder que tiene la pintura.

Yo misma soy receptora, entonces es aquí donde como pintora figurativa y expresionista he aprendido la importancia y la capacidad que tiene mi cerebro de desarrollar e interpretar lo que estoy viendo y plasmarlo en la pintura a mucha o poca semejanza. Por ejemplo, cuando dibujo una boca probablemente me imagino que es una gaviota en vuelo, o que los ojos son la cola de un pájaro de perfil, esto para complacer al ojo de mi espectador que encuentre una esas figuras existentes en mi obra.

Como pintora abstracta, también tengo la capacidad de dejar de lado esa área para permitirme crear algo que no existe como tal en el mundo que nos rodea, sino más bien crear armonías entre figuras y colores dando origen a una composición que sea
agradable pero también caprichosa, les diré que no es tan fácil, porque el cerebro del espectador que quiere siempre encontrar una figura real, nos hace vacilar o dudar y nos mete en el juego de querer encontrarle pies, ojos y boca a la pieza de arte, válido e
interesante también.

El reto como artista abstracta será en esta etapa, introducir al espectador en una cúmulo de emociones que provendrían de su única naturaleza al tener un contacto visual ojo a ojo, alma a alma, para poder crear un lenguaje que sobrepase todo entendimiento probable y que sea una gran maravilla poder tener frente a sus ojos obras abstractas perfectamente controladas para que sus cerebros les indique reconocer de acuerdo al conocimiento o al
estado de ánimo lo que quieren obtener de una obra sublime y perfecta en color composición y desarrollo.

Mi propuesta va más allá de una simple mirada al cuadro y como artista no vivir del arte sino, más bien, vivir para el arte.

Cyntika Díaz Oviedo

Cyntika Díaz Oviedo

Es profesora en educación primaria por la Universidad de Costa Rica, inicia su formación en artes en la facultad de Bellas Artes. Se traslada a Mérida, Yucatán, donde se enamora del arte figurativo, costumbrista y realista, así inicia su carrera de pintura, inspirándose en las acentuaciones del expresionismo. Ha participado en 20 muestras pictóricas en colectivo, lleva 15 años desarrollando el dibujo en lápiz, carboncillo, tinta y técnicas de pintura en óleo y acrílico, aplicando técnicas mixtas logrando conjugar las figuras orgánicas en la abstracción.