El rescate de edificaciones con valor histórico. El poder de la identidad

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La propiedad es un monumento de la historia de Yucatán, ahí nació la ilustre maestra Consuelo Zavala y tiene una placa en la fachada que así lo marca. El nuevo propietario originario de Boston, Massachusetts, no tenía idea del valor histórico de su propiedad y me solicitó “eliminar” dicha placa para poner la suya. Le expliqué la importancia que tiene para la historia de todos los yucatecos que se conserve, de alguna manera, la identidad de nuestros edificios aunque pasen a propiedad extranjera.

Son pocos los edificios de Mérida que cuentan con acervo histórico. Hay muchas propiedades que se han subdividido con el paso de las generaciones y no se tiene un registro de esto más allá de las indicaciones físicas, pero no existe un acervo en donde se cuente la historia de estos inmuebles a través de las generaciones. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cuenta con registros, pero no son accesibles al público y, por ende, no se pueden consultar de una manera lúdica, clara y sencilla para poder entender el valor de nuestra herencia.

La casa en cuestión, de hecho, fue subdividida en algún momento y la parte de la fachada perteneciente al señor Huges es la que conservaba la placa. El edificio tenía dos crujías de techo de vigas de metal y madera. La primera crujía, la subdividieron para crear un acceso y un cuarto; la segunda la subdividieron para tener una cocina comedor y pasar al patio directamente. Adicionalmente en el patio construyeron un edificio muy bajo para tener el baño y un cuarto. No sé con certeza de en cuántas secciones fue dividida esta propiedad, pero al menos a lo ancho y a lo largo si fue subdividida.

Los espacios que se debían de acondicionar eran: sala, comedor, estudio con baño que pudiera servir de recámara de invitados, cocina, terraza techada, dos recámaras, cada una con su baño y uno de estos con tina de hidromasaje, cuarto de lavado con bodega, cuarto de máquinas, cuarto de trajes de temporada, asoleadero y mirador.

La condición estructural del edificio era buena. Los acabados en muros y pisos estaban en buen estado pero no eran del agrado del nuevo propietario. Así que todos los pisos de pasta fueron levantados y sustituidos por tapetes de pasta en pisos de concreto. Se incorporaron detalles y columnas de piedra de la región, tejas, madera y se reforestó el jardín.

Fue un trabajo de diez meses y el resultado fue exquisito. Lo extraordinario del proyecto es que el propietario y yo nos hicimos muy buenos amigos a pesar de las discusiones naturales que se dan en todos los proyectos. Nuestras diferencias fueron enfocadas para enriquecer el proyecto, logrando un resultado que dejó al dueño satisfecho y lo ha hecho expresar que a través de los años le gusta más su casa, y que está muy contento de que se hayan cumplido todos sus requerimientos con creces.

Personalmente, estoy muy agradecida con el buen gusto y disposición del propietario para llevar a cabo este proyecto. En estos procesos es muy importante no quebrantar la confianza entre las las dos partes, tanto del propietario hacia su arquitecto y viceversa. Siempre hay desacuerdos en los proyectos, pero lo más importante es discutir los pros y contras y llegar a acuerdos que conduzcan a resultados satisfactorios.

Gabriela Cornelio Ojeda

Gabriela Cornelio Ojeda

Es arquitecta por la Universidad Autónoma de Yucatán y tiene un posgrado en Comercio Exterior por la Facultad de Economía de la UADY y un posgrado en Project Administration por la Universidad Anáhuac. En el 2005 fundó Casa Yucatán Real Estate y posteriormente Mérida Arquitectos, empresa que actualmente dirige, dedicada al Diseño y Construcción de Proyectos Residenciales y Comerciales. En su portafolio existen proyectos construidos en el centro de la Ciudad de Mérida, el interior del estado y la costa yucateca.