Actualmente los métodos de construcción convencionales producen un alto costo medioambiental. El requerimiento energético para la producción y extracción de materias primas, procesos constructivos y costos de transporte, comprometen el manejo eficiente de los recursos, causando un alto consumo y desperdicio de los mismos.
De acuerdo con el doctor en construcción sustentable Felipe Ossio, catedrático de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la industria de la construcción a nivel mundial es responsable de la utilización 50% de los recursos naturales, el 45% del consumo energético, el 40% de los desechos generados y del 30% de los gases de efecto invernadero emitidos. A pesar de que estas condiciones causan un grave impacto ambiental, la industria de la construcción es una de las actividades que mayor Producto Interno Bruto genera en los países desarrollados y subdesarrollados. Esta afirmación nos introduce a una de las mayores paradojas del mundo moderno: ¿cómo podemos convertir la industria de la construcción en una actividad no contaminante sin afectar el crecimiento económico mundial?
Cocina complejo Proyecto San Isidro.
Diseño Alejandra Caballero
Construido con sistema de pacas de paja y techo en estructura de madera, detalle frontal con vitrales en pajarease.
La respuesta podría encontrarse en la exploración e implementación de alternativas capaces de responsabilizarse por los daños causados al medio ambiente. Las cuales deberán estar dirigidas tanto por los principios del Diseño Restaurativo como por los ejes del Desarrollo Sustentable. Bajo esta premisa, la bioconstrucción presenta una esperanza histórica hacia un futuro sostenible. Esta se define como los sistemas de edificación que incorporan soluciones y materiales naturales. Estos materiales hacen uso de poca energía en su fabricación y transporte, liberando una menor cantidad de CO2 a la atmósfera. Así mismo sus procesos productivos son libres de toxicidad, ésta característica los convierte en alternativas saludables para los usuarios. Estos materiales son perdurables en el tiempo, permiten el reciclaje y la biodegradación, contribuyen a equilibrar la humedad ambiente interior, entre otras características.
En la década de 1976 el Instituto para la Bioconstrucción (Institut für Baubiologie) en Alemania, denominó por primera vez lo que conocemos como “síndrome de la Casa Enferma”, siendo una llamada de atención a todos los profesionales involucrados en la industria de la construcción, quienes habían olvidado que el fin último de la arquitectura debe ser el bienestar del usuario. A partir de entonces se comenzó a prestar atención a conceptos como el confort térmico de los edificios y estrategias pasivas para satisfacer necesidades de ventilación, iluminación, calefacción entre otras haciendo especialmente un énfasis en el regreso a la bioconstrucción.
Esta puede definirse como la aplicación de técnicas que por medio del uso de materiales naturales, no contaminantes y renovables garantizan un ahorro energético, minimizan la huella ecológica y contribuyen al bienestar del usuario. La Universidad Politécnica de Madrid, categorizó estos materiales en:
- madera
- yeso
- cal
- tierra
- fibras vegetales y animales
- materiales reciclados
Teniendo todos estos beneficios, la bioconstruccion no es utilizada en las construcciones actuales debido a la falta de información y el olvido de las técnicas que forman parte del patrimonio cultural de los pueblos. El uso de los materiales naturales se ha desvalorizado, su uso se ha despreciado peyorativamente y su durabilidad ha sido cuestionada. Sin embargo la historia ha dejado evidencia: la construcción en tierra más antigua encontrada en América del sur, las Ruinas del Caral en Perú, data del 1200 AC, tiene más de 5000 años de antigüedad y sigue en pie. Si realizáramos una línea del tiempo comparando el uso del concreto, específicamente en México, considerando que su introducción fue hasta 1901 con el sistema Hennebique y teniendo en cuenta su mayor auge durante la segunda mitad del siglo pasado, se puede apreciar que el uso del concreto solo forma parte de una pequeña parte de la historia de la construcción.
Ante las problemáticas ambientales que enfrentamos, valdría la pena cuestionar el ejercicio profesional de la arquitectura, sabiendo que es una de las actividades de mayor impacto ambiental y en el bienestar humano, de manera que se oriente al retorno y rescate de las técnicas constructivas patrimoniales, a partir de materiales naturales como respuesta a las crisis climáticas actuales. Con el fin de ofrecer una oportunidad real hacia un futuro sostenible.