Mesa timbiriche. Redefinir el significado de un mueble

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A lo largo de toda nuestra estancia en la carrera leíamos año con año en carteles pegados en las paredes frases como: ¿Eres estudiante y te gusta diseñar? ¿Ideas visionarias? ¿Te gustaría ganar $X0,000 pesos? ¡Participa! Sin embargo, año con año para las fechas de aquella convocatoria, por múltiples razones, no podíamos participar. Fue entonces que en nuestro último año como estudiantes regulares de arquitectura decidimos esforzarnos por participar: “Es ahora o nunca”, dijimos.

La convocatoria del Concurso de Diseño de Muebles Dimueble era sencilla: envíar tres láminas conceptuales y memoria descriptiva que explicase el diseño de un mueble “visionario”. Se elegirían algunos proyectos que pasarían a la etapa final en la cual concursarían con el prototipo a escala real en la Expo-feria internacional de verano y sería juzgado por lo mejor de la industria mueblera y el diseño industrial mexicano. Pan comido, pero, ¿dónde comenzar?

Un mueble no solo debe ser una herramienta o un objeto, un mueble debe tener la capacidad de ser un espacio.

Para nosotros cada oportunidad de concursar y defender nuestra postura en el ámbito del diseño representa una búsqueda introspectiva que nos hace dudar de todo, pensamiento que habíamos ejecutado en múltiples concursos y proyectos de arquitectura en los que habíamos tenido la oportunidad de destacar. Era entonces el momento de explorar en el ámbito de los muebles.

Es por esto que entendimos que el mayor reto era comprender qué es realmente una idea visionaria en este mundo: materiales, técnicas de fabricación, procesos industriales y hasta desafíos geométricos era lo que lográbamos identificar como lo revolucionario en esta industria y caíamos en la paradoja de lo visionario. 

Esquema de percepción del proceso evolutivo del diseño de una silla. Créditos: Cecilia Alcocer.
Esquema de percepción del proceso evolutivo del diseño de una silla. Créditos: Cecilia Alcocer.

Comparamos aquél viejo tronco que nuestros antepasados descubrieron y utilizaron como herramienta para sus actividades cotidianas, como por ejemplo sentarse. Con las últimas propuestas más revolucionarias, su función seguía siendo la misma y su definición la misma: un mueble es un objeto que “se mueve” porque se puede cambiar de lugar. No obstante, nuestra visión como arquitectos nos hacía percatarnos de que las necesidades del hombre se transforman en todo momento, esa es la característica esencial de la vida: el concepto de un mueble no debe responder sólo a su función básica, sino a crear un escenario de vida.

Es ahí donde encontramos una oportunidad, una idea visionaria: redefinir el significado de un mueble que no sólo se mueve porque se cambia de lugar, si no porque se transforma de acuerdo a su uso. Un mueble no solo debe ser una herramienta o un objeto, un mueble debe tener la capacidad de ser un espacio.

En aquel concurso fuimos acreedores del Primer Lugar Nacional, hecho que fue el trampolín para poder obtener la “Medalla de Oro” o “Golden A’ Design Award” en este prestigioso premio internacional de diseño que ha expuesto nuestro trabajo en más de quince países de cuatro continentes del mundo.

En estos retos nosotros participábamos siendo estudiantes, pero nunca nos sentíamos como tales, ni tuvimos el apoyo de una institución académica. Simplemente teníamos ganas de aprender y de contribuir con nuestras ideas desde el ámbito del diseño a transformar el mundo y a partir de la arquitectura reinventarnos en cada momento.

Mesa Timbiriche, tablero configurable a partir de 197 piezas. Fotografía: Diego Lizama

Experiencias como ésta, fuera de la comodidad del aula, han sido los retos que nos han llevado a forjar nuestra visión como creadores y nuestra profesionalización en el ejercicio de la arquitectura. El proceso de diseño de nuestro acto creativo comienza a partir del cuestionamiento de la misma existencia y funcionamiento de una realidad: espacio, objeto, concepto, y así descubrir y crear un abanico de nuevas o invisibles posibilidades mediante la experimentación conceptual. Se trata de eliminar etiquetas o estilos, de entender que el diseño va más allá del campo semántico de las formas y funciones. El diseño es vida, experiencias y hasta recuerdos entrelazados en un espacio.

No se trata de diseñar un muro o un techo, sino de entender la vida para crear un futuro, un espacio habitable.

Cecilia Alcocer
Diego Lizama

Cecilia Alcocer

Es cofundadora de LAAR, Taller de Arquitectura, Diseño y Construcción. Ex becaria de la Embajada de E.U.A., corredora, escritora y poeta, ha recibido diversos reconocimientos en el ámbito local, nacional e internacional. Finalista en el Premio Firenze Entre Muros 2019.

Diego Lizama

Es cofundadora de LAAR, Taller de Arquitectura, Diseño y Construcción, fotógrafo y músico recreativo; acreedor del 33 Premio a la Composición Arquitectónica Alberto J. Pani, del Golden A’Design Award, entre otros, en el ámbito local, nacional e internacional.